martes, 9 de septiembre de 2014

DOMINIOS 

Hasta 1977 todos los organismos vivos se clasificaban dentro de dos grupos: eucariotas (células con núcleo) y procariotas (células sin núcleo)  Hasta principios de la década de 1990, el mayor nivel taxonómico era el de reino y los seres vivos se clasificaban en cinco reinos denominados Móneras, Protoctistas, Hongos, Plantas y Animales. Sin embargo, en 1991, el microbiólogo estadounidense Carl Woese creó una nueva categoría taxonómica, por encima de la de reino, denominada dominio. Los tres dominios propuestos por Woese fueron: Archaea,  Bacteria y Eukarya. Debido a estudios comparativos a fragmentos de  ARN ribosómico 16s o 18s se pudo manifestar que el grupo de organismos conocidos como arquebacterias, que hasta entonces se habían clasificado junto con las bacterias, tenían características fisiológicas y genéticas únicas. Los lípidos de las membranas de las arquebacterias difieren de los que poseen las células eucariotas y las eubacterias y la composición de sus paredes celulares es distinta a la de las bacterias, porque carecen de peptidoglucano. Además, la secuenciación del genoma de una arquebacteria puso de manifiesto las enormes diferencias que existen entre ellas y las bacterias y entre ellas y los organismos eucariontes.

            La existencia de los tres dominios es clara, pero existe una gran controversia sobre la relación que hay entre ellos (Forterre, 1977; Gupta, 1998; Cavalier-Smith, 2002). Por comparación de secuencia de ARN ribosómico, el dominio Archaea parece estar más estrechamente relacionado con Eukarya que con Bacteria (Woese y  Col, 1990; Woese, 2002). Pero hay datos que contradicen esta aparente relación entre Archaea y Eukarya, como son las secuencias de algunas proteínas de arqueas muy similares a sus homologas de bacterias sobre todo a bacterias gram-positivas (Gupta, 1998; Karlin y Col, 2002).

                                                                                  Fuente: Google Imagen, 2014


Características generales de Archaea

Fenotípicamente, Archaea son muy parecidos a las Bacterias. La mayoría son pequeños (0.5-5 micras) y con formas de bastones, cocos y espirilos. Archaea generalmente se reproducen por fisión, como la mayoría de las Bacterias. Los genomas de Archaea son de un tamaño sobre 2-4 Mbp, similar a la mayoría de las Bacterias. Sin embargo, la mayor parte de Archaea son termófilos (de hecho, muchos son sumamente termófilos). La mayoría también son autotróficos o dependientes de azufre. Como los Eucariotas, Archaea tienen abundantes proteínas similares a la histona y el ADN se empaqueta en forma de nucleosomas.

            En el domino Archaea existen tres grupos:

·         Halófilas: viven en ambientes extremadamente salinos.
·     Metanogénicas: son anaeróbias obligadas que producen metano a partir del dióxido de carbono e hidrógeno. Son comunes en el tracto digestivo de animales y pueden vivir en ambientes pantanosos.
·         Termoacidófilas: crecen en ambientes ácidos, cálidos, como las fuentes sulfurosas del Parque Yellowstone, con temperaturas de más de 60 ºC y pH 1 a 2.
  
Características generales de las bacterias.

Las bacterias (del griego bakterion = bastón) son  organismos unicelulares que se reproducen por fisión  binaria. Son los organismos más abundantes del planeta. Son ubicuas, encontrándose en todo hábitat de la tierra, creciendo en el suelo, en manantiales calientes y ácidos, en desechos radioactivos, en las profundidades del mar y de la corteza terrestre. Algunas bacterias pueden incluso sobrevivir en las condiciones extremas del espacio exterior. Se estima que hay en torno a 40 millones de células bacterianas en un gramo de tierra y un millón de células bacterianas en un mililitro de agua dulce. En total, se calcula que hay aproximadamente 5×1030 bacterias en el mundo. Las bacterias son imprescindibles para el reciclaje de los elementos, pues muchos pasos importantes de los ciclos biogeoquímicos dependen de éstas. Como ejemplo cabe citar el fijación del nitrógeno atmosférico. Sin embargo, solamente la mitad de los filos conocidos de bacterias tienen especies que se pueden cultivar en el laboratorio, por lo que una gran parte (se supone que cerca del 90%) de las especies de bacterias existentes todavía no ha sido descrita.

En el cuerpo humano hay aproximadamente diez veces tantas células bacterianas como células humanas, con una gran cantidad de bacterias en la piel y en el tracto digestivo. Aunque el efecto protector del sistema inmune hace que la gran mayoría de estas bacterias sea inofensiva o beneficiosa, algunas bacterias patógenas pueden causar enfermedades infecciosas, incluyendo cólera, sífilis, lepra, tifus, difteria, escarlatina, etc. Las enfermedades bacterianas mortales más comunes son las infecciones respiratorias, con una mortalidad sólo para la tuberculosis de cerca de dos millones de personas al año.

En todo el mundo se utilizan antibióticos para tratar las infecciones bacterianas. Los antibióticos son efectivos contra las bacterias ya que inhiben la formación de la pared celular o detienen otros procesos de su ciclo de vida. También se usan extensamente en la agricultura y la ganadería en ausencia de enfermedad, lo que ocasiona que se esté generalizando la resistencia de las bacterias a los antibióticos. En la industria, las bacterias son importantes en procesos tales como el tratamiento de aguas residuales, en la producción de queso, yogur, mantequilla, vinagre, etc, y en la fabricación de medicamentos y de otros productos químicos. Aunque el término bacteria incluía tradicionalmente a todos los procariotas, actualmente la taxonomía y la nomenclatura científica los divide en dos grupos. Estos dominios evolutivos se denominan Bacteria y Archaea. La división se justifica en las grandes diferencias que presentan ambos grupos a nivel bioquímico y en aspectos estructurales.

Morfología de las bacterias

La forma de las bacterias es muy variada y, a menudo, una misma especie adopta distintos tipos morfológicos, lo que se conoce como pleomorfismo. De todas las  formas, podemos distinguir tres tipos fundamentales de bacterias:
● Coco (del griego kókkos, grano): de forma esférica.
○ Diplococo: cocos en grupos de dos.
○ Tetracoco: cocos en grupos de cuatro.
○ Estreptococo: cocos en cadenas.
○ Estafilococo: cocos en agrupaciones irregulares o en racimo.

● Bacilo (del latín baculus, varilla): en forma de bastoncillo.

● Formas helicoidales:
○ Vibrio: ligeramente curvados y en forma de coma, judía o cacahuete.
○ Espirilo: en forma helicoidal rígida o en forma de tirabuzón.
○ Espiroqueta: en forma de tirabuzón (helicoidal flexible).

Algunas especies presentan incluso formas tetraédricas o cúbicas. Esta amplia variedad de formas es determinada en última instancia por la composición de la pared celular y el citoesqueleto, siendo de vital importancia, ya que puede influir en la capacidad de la bacteria para adquirir nutrientes, unirse a superficies o moverse en presencia de estímulos. A continuación se citan diferentes especies con diversos patrones de asociación:

● Neisseria gonorrhoeae en forma diploide (por pares).
● Streptococcus en forma de cadenas.
● Staphylococcus en forma de racimos.
● Actinobacteria en forma de filamentos. Dichos filamentos suelen rodearse de una vaina que contiene multitud de células individuales, pudiendo llegar a ramificarse, como el género Nocardia, adquiriendo así el aspecto del micelio de un hongo.

                                                   Fuente: Torres. (s/f)

 






No hay comentarios:

Publicar un comentario